Cuestión de orgullo.

No hay motivo para preocuparse pero me gustaría alertaros de que a parte de la niña de la curva parece que ha aparecido otra niña. La niña de los aceites.

Curiosamente la semana pasada, dos pacientes nuevos cuando contactaron conmigo, lo primero que me preguntaron fue: ¿eres tú la niña de los aceites? en lugar de preguntar ¿eres tú la aromaterapeuta? Ni que decir que a mis cuarenta y tantos me sentí halagada por lo de niña.

Bromas aparte, me tocaron la fibra.

Minutos más tarde tomando una taza de té tranquilamente empecé a reflexionar sobre este asunto.

Conclusión, no tenía motivos para sentirme así, simplemente… ¡Oops! me habían tocado el orgullo.

Lección primera:

No soy perfecta… menos mal!!. ¿Se equivocaron realmente estas dos personas?. Si he de ser honesta la respuesta es un rotundo no.

Ahí va la segunda lección que aprendí.

Por lo general las personas a las cuales nos vamos a acercar o desconocen nuestro producto, o tienen prejuicios o creen erróneamente que lo conocen. De ahí lo de la niña de los aceites, es lo único que les sonaba familiar.

Quizá nuestro gran reto sea el hacer que los aceites esenciales sean eso, familiares. Que sean uno más de los temas de conversación cotidianos.

Tal vez la mejor aproximación a un posible cliente sea pensar…”soy la niña de los aceites que te va echar una mano que ni te lo imaginas, y además lo vas a entender”. Es posible que hasta el proceso de venta nos parezca incluso más sencillo. ¿Qué te parece?.


Por otro lado…me encanta ser la niña de los aceites.

1 comentario

Isabel Pérez Broncano

Además de que coloquialmente algunas personas te llamen “la niña de los aceites” tu eres – La Reina de los Aceites Esenciales-. Una pedazo Aromaterapeuta, como la copa de un pino!!!!

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