Soy Ester Martínez Vera, Dra. en Psicología Clínica, y he cursado el taller de “autoconocimiento” con la profesora Laura Navalón.

Debe decir, para empezar, que lo único que lamento es no haberlo hecho antes. Digo esto por una razón muy clara: Los psicólogos sabemos lo importante que es conocernos a nosotros mismos para cuidarnos mejor y saber tratar de forma correcta a los demás. Y esto tiene que ver con que una de las causas más comunes de las visitas que recibimos los psicólogos están relacionada con los problemas que se generan en las relaciones interpersonales, tanto en la familia como fuera de ella y, también, en el ámbito laboral.

Al hacer el taller uno se descubre a sí mismo, llega a conocer sus puntos fuertes y sus áreas más oscuras o negativas que, quizás, ni hemos detectado en nuestra vida (porque normalmente están muy escondidas o disfrazadas), pero que nos afectan profundamente.

En esas horas, tan bien aprovechadas, también se nos enseña a conocer las diferentes formas de ser y cómo encajar unos con otros, sin caer en la toxicidad mutua, aprendiendo a tratarnos sin hacernos daño y poder respetar las diferentes maneras de ser y las ercepciones o formas de ver la vida que cada una de esos caracteres generan.

Por otro lado, la persona que imparte el taller, Laura Navalón, tiene un especial talento para la enseñanza y gran tacto a la hora de tratar a las personas que acuden al curso. Su facilidad para dar las explicaciones, su discurso grácil, la cercanía que desprende hace, de las horas pasadas con ella, un tiempo para disfrutar aprendiendo y, a la vez, tener el sentimiento de que se está aprovechando el tiempo.

Mi sensación es que aprendí muchísimo, a pesar de trabajar en el campo de la Psicología por décadas y, además, que lo aprendido me ha servido tanto a nivel personal como profesional.

Por lo tanto, solo me queda recomendar este taller a las personas que quieran conocerse mejor, a aquellas que estén padeciendo situaciones interpersonales difíciles, a los que necesiten relacionarse de forma diferente (en familia o en el área laboral), a profesionales que, como yo, trabajen en el campo de la psiquiatría, psicología, enseñanza o en cualquier área en el que el contacto con personas sea imprescindible. Os aseguro que no es tiempo ni dinero perdido.

Desde este sencillo resumen quiero dar las gracias a Laura, de nuevo, por cómo es ella y por cómo nos ha enseñado a conocernos mejor a nosotras mismas y a conocer mucho más a los que nos rodean para poder tratarlos mejor y que la vida sea un poco más fácil.